En la frescura de la tarde melancólica, quiero cantar, y no sé qué... Todo estoy lleno de ritmos perfumados, de letras sin idioma que, no sé cómo, hablan de ti, ¡que estás tan lejos! ¡Oh, yo no sé! Un aroma de sueños en flor, entra, en la brisa de agua, al corazón abierto: notas de flores músicas, oídas, ¿cuándo, cuándo? tornan, no sé de dónde, en un compás eterno. ¡Quiero cantar, y no sé qué! No es de palabras esta esplosión aguda que en el corazón siento; son aromas que suenan bien, llantos que huelen bien, son májicos ojos que se espresan con ecos...
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